El mes pasado, los pasajeros de un vuelo de Southwest Airlines se llevaron un susto cuando su avión, en rodaje para el despegue, se vio obligado a regresar a la puerta de embarque. ¿El motivo? La batería de un teléfono móvil se había incendiado, un incidente alarmante que alteró los planes de viaje pero que, afortunadamente, no causó heridos.
La causa fue el desbordamiento térmico, un peligroso fenómeno de autocalentamiento de las baterías de iones de litio que puede provocar humo, fuego o incluso una explosión. Estos incidentes -causados por las baterías recargables de nuestros teléfonos, portátiles, cargadores portátiles y otros dispositivos de uso cotidiano- se producen ahora hasta dos veces por semana, la mayoría de las veces mientras los aviones están en vuelo.
Es un riesgo creciente que no podemos permitirnos ignorar.
Por eso, UL Standards & Engagement puso en marcha el Programa de incidentes de fuga térmica, para comprender y abordar mejor estos peligros antes de que provoquen una tragedia.
También es la razón por la que el Congreso creó el Comité Asesor de Seguridad Aérea de Baterías de Litio (LiBASAC) en 2018. Este organismo intersectorial se encargó de asesorar al Departamento de Transporte de los Estados Unidos, la FAA y la Administración de Seguridad de Oleoductos y Materiales Peligrosos sobre las mejores prácticas para el transporte seguro de baterías de litio por vía aérea. ULSE ha sido un orgulloso miembro del comité desde su creación.
LiBASAC comenzó formalmente su trabajo en 2019 con una misión clara: mejorar la coordinación entre los fabricantes de baterías, los fabricantes de productos, los transportistas aéreos, los minoristas y los reguladores, y entregar recomendaciones informadas al Congreso para reducir el riesgo.
Sin embargo, el 2 de abril de 2025 se ordenó a la comisión que interrumpiera sus actividades. Dado que sus estatutos expiraban el 9 de mayo, la pausa impidió de hecho la finalización y presentación de su informe final al Congreso, que ya estaba en fase de borrador.
Pero el trabajo -y las lecciones- no acaban ahí.
Reconociendo la urgencia de la cuestión, ULSE se unió a otras 11 organizaciones para elaborar un conjunto independiente de recomendaciones basadas en las conclusiones preliminares de LiBASAC y en la experiencia colectiva. Puede consultar el informe completo.
Entre los principales riesgos señalados en las recomendaciones figuran los siguientes
- Rendimiento insuficiente de los sistemas de contención de incendios destinados a la aviación.
- Incumplimiento generalizado en el envío de baterías de litio.
- Falta de concienciación y educación pública sobre los peligros del desbordamiento térmico.
Son amenazas reales, pero también solucionables.
El trabajo de LiBASAC proporcionó una base sólida, y creemos que hay que seguir construyendo sobre ella. A través de nuestro liderazgo continuado en la seguridad de las baterías, el desarrollo de normas con base científica y la estrecha colaboración con la comunidad aeronáutica, ULSE se compromete a llevar adelante esta misión.
Tras la expiración de los estatutos de LiBASAC, asumiremos un nuevo papel: promover su propósito de forma independiente. Además de contribuir al informe de recomendaciones, ULSE convocará una coalición de partes interesadas no gubernamentales para explorar soluciones y mantener activo este diálogo crítico.
Nuestra visión es audaz pero factible: reducir a cero el riesgo de desbordamiento térmico en la aviación.
Si su organización está comprometida con la seguridad de las baterías o de la aviación y no formaba parte del LiBASAC original, le invitamos a que para unirse a nosotros. Juntos podemos construir un futuro más seguro en los cielos.
