Los estándares con perspectiva de género se desarrollan considerando las diferencias físicas y fisiológicas entre los géneros, incluyendo la fuerza de sujeción, dimensiones físicas, grosor de la piel y porcentaje de grasa corporal, y presentan requisitos técnicos que abordan estas diferencias.
Aunque el género no es relevante para todos los estándares, se debe considerar si los mismos se centran en un producto, componente o sistema que sea utilizado por personas.